El lugar fue un internado perteneciente a la orden de los Capuchinos, y al parecer estuvo en uso hasta los años 80. En aquel momento la orden se trasladó a Salamanca, vendiendo el colegio a un nuevo propietario. En ese momento comenzó un periodo de abandono y decadencia que acabaría con la destrucción del edificio.
Se convirtió en un campo de batalla habitual para aficionados al airsoft, se llevaron a cabo varias investigaciones parapsicológicas y también fue un lugar escogido por drogadictos y sin techo para resguardarse. Con tanto tránsito el lugar sufrió incendios en 2005 y 2009 que destruyeron amplias zonas del edificio.
El incendio de 2009. Fotografía de la Agencia EFE. |
Finalmente en enero de 2015 se ordenó el derribo del colegio, ya muy deteriorado. La intención es construir un centro comercial, pero de hecho ya hay uno justo al lado. Quién sabe si esos planes se harán realidad.
Vista aérea del Colegio de los Capuchinos. Se puede ver la gran extensión de terreno que tenía el edificio. A la izquierda de la imagen se ve el centro comercial ya existente. |
El derribo del edificio en enero de 2015. Imagen de Salamanca RTV al Día. |
Es difícil saber qué había en cada una de las habitaciones. Ya quedaban pocos restos de la actividad que tuvo el lugar, pero aún así los largos pasillos daban un ambiente muy especial.
En la planta superior encontramos los baños, uno de los lugares mejor conservados. Desde allí también pudimos comprobar lo grande que era el edificio.
Allí concluimos nuestra visita. Salimos igual que entramos, y nos despedimos de este edificio que por un tiempo fue un destino habitual de exploradores urbanos. Ahora ya sólo es un recuerdo.