El túnel de la Engaña es una de las mayores obras de ingeniería civil de España durante la dictadura de Franco. Se trata de un túnel ferroviario entre las provincias de Cantabria y Burgos que nunca llegó a funcionar.
El túnel es parte de la lúnea ferroviaria Santander-Mediterráneo (abandonada en su mayor parte), y se encuentra entre la localidad cántabra de Vega de Pas y la burgalesa de Pedrosa de Valdeporres. Tiene 6.976 metros de longitud y su trazado atraviesa el puerto de estacas de Trueba. Durante mucho tiempo fue el túnel más largo de España íntegramente en territorio nacional, hasta que fue superado por el túnel de Barcelona (línea Zaragoza-Barcelona), y ahora parece pequeño junto a los túneles gemelos de Guadarrama y sus más de 28 kilómetros cada uno. Aun así hay que tener en cuenta el enorme esfuerzo que supuso la construcción del túnel, comenzada hace casi 70 años y con unos medios mucho más reducidos que los actuales.
La construcción del túnel comenzó con la creación de dos poblados para los trabajadores en 1942. Éstos eran presos de dos destacamentos penales. Los poblados, situados en Vega de Pas y Pedrosa de Valdeporres, tenían una población inicial de 190 y 370 obreros respectivamente.
En el momento de su adjudicación en 1941 a la constructora Ferrocarriles y Construcciones ABC el plazo previsto para la obra era de 52 meses, pero al final las obras del tramo Vega de Pas-Pedrosa de Valdeporres no se terminó (parcialmente) hasta 1961. Estas obras incluyen los poblados para los obreros, 4 túneles y 3 estaciones. Actualmente se pueden ver los restos de todas estas construcciones.
En 1950 las obras fueron adjudicadas a otra constructora, Portolés y Cía., que aumentó el ritmo al que se perforaba el túnel. En aquel momento este trabajo se realizaba con muy poca maquinaria y con voladuras con dinamita, por lo que el avance era muy lento. Además este trabajo no estaba exento de riesgos, y la cifra de fallecidos en la obra oscila entre 11 y 20. Uno de los problemas que más dificultaban la construcción eran las filtraciones de agua, tanto que en 1956 los trabajadores tuvieron que soportar una gran filtración de 39.600 litros por hora, lo que obigó a colocar numerosas bombas de desagüe y a reducir la duración de los turnos de trabajo.
El trabajo de los obreros en el túnel Las dos bocas del túnel se encontraron en 1959, pero no se llegaron a tender las vías del túnel. Después la obra quedó estancada hasta que el 1 de enero de 1985 el gobierno decidió abandonarla cuando sólo quedaba construir 63 kilómetros de vía para llegar a Santander. Así quedó esta obra en desuso antes de empezar a funcionar. Durante un tiempo sólo lo utilizaron los camiones cuando el Puerto del Escudo quedaba bloqueado por las nevadas.
Sobre el número de trabajadores no hay datos exactos, ya que se mueven entre 400 (250 presos republicanos y 150 civiles) y más de 9.000 obreros. Lo que es seguro es que después del indulto decretado en 1945 por el gobierno de Franco la mayoría de los presos, a pesar de haber sido indultados, se quedaron como trabajadores en la construcción del túnel.
Entrada del poblado obrero de Pedrosa de Valdeporres
Edificio de la estación
Como podemos ver, el interior está muy deteriorado y ha sido utilizado como establo.
El poblado también contaba con una iglesia que a la vez servía como salón de actos.
Casas de los obreros cerca del túnel
Junto a la boca del túnel se encuentra esta gran torre que se compone de un silo para almacenar hormigón y un puesto de vigilancia. Actualmente la escalera de mano que subía hasta el puesto de vigilancia ha desaparecido.
Frente a la torre se encuentra esta central eléctrica. Se pueden distinguir la torre del transformador, y bajo las puertas las bocas de los hornos que alimentaban la central.
Escudo del cuerpo de ingenieros de caminos, canales y puertos
Casa de ingenieros
Boca sur del túnel
Actualmente el túnel se encuentra en muy mal estado, debido a la mala calidad de los materiales utilizados. En 1999 se produjo un derrumbamiento que hizo imposible atravesarlo con vehículos, y en 2005 se produjo un nuevo derrumbamiento que hizo casi imposible que se pueda atravesar
el túnel a pie. En cualquier caso, no se recomienda bajo ningún concepto entrar en el túnel, porque además del gran riesgo de derrumbamiento, las filtraciones constantes hacen que el túnel siempre esté inundado.
A pesar de todo, el acceso hasta la boca sur está perfectamente señalizado, y se ha hecho un intento por recuperar la zona. Se han instalado algunos bancos y mesas, y además se han trazado varias rutas de senderismo por la zona. También es frecuente ver vecinos de la zona paseando, ya que el túnel se encuentra en un paraje de gran belleza.