El balneario estuvo en uso hasta los años 60 y la planta envasadora hasta principios de los años 90, ya que la alta concentración de nitratos obligó a paralizarlos por las autoridades sanitarias. Hoy en día apenas quedan espacios reconocibles debido al vandalismo y a los ladrones de cobre.
Estos últimos han sido los responsables del derrumbe de parte de la primera planta. Habíamos visitado el balneario hace 1 año, y aunque estaba en mal estado la estructura parecia firme. Pero nos esperaba un sorpresa en nuestra ultima visita...
Al llegar vimos precintos de la Guardia Civil repartidos por todo el recinto, y pronto supimos por qué. Los ladrones habían estado quemando el cobre en el interior del balneario provocando un incendio que se había propagado por la estructura de madera y produjo un derrumbe parcial de la primera planta. Una pena en toda regla, y también queremos expresar nuestra repulsa a estas acciones, tanto por el delito del robo del cobre como por el daño que provocan al quemarlo.
El pasillo de la planta baja antes y después del incendio.
¡Bienvenidos al balneario! Un agradable paseo rodeado de acacias da acceso al recinto.
Las distintas naves de la planta envasadora.
Los múltiples restos de botellas nos acompañan durante toda la visita: botellas de plástico, de cristal, de agua con gas...
Escamas de plástico para fabricar las botellas. Todavía se pueden ver los restos de los sacos que las contenían.
Algunos restos de maquinaria. En realidad son los únicos que quedan.
Una vez recorrida la fábrica, pasamos a explorar el edificio del balneario. Poco queda reconocible, apenas la fuente y algunas pilas de agua.
Accedemos al semisótano donde se encuentra la sala de dos alturas donde se ubica la fuente. Hoy muestra todos los daños sufridos durante el incendio, ya que es el lugar donde llevaban el cobre para quemarlo. Al ser una sala muy alta y bien ventilada, a los ladrones les debió parecer el lugar ideal para sus acciones. También quedan restos de cobre quemado.
En nuestra primera visita las botellas que se hallan esparcidas por el suelo aún se conservaban intactas en sus cajas. A la izquierda se puede ver un montón de botellas que se quemaron en el incendio.
Subimos a la primera planta.
En el exterior más botellas, en este caso de cristal y amontonadas en un lateral del balneario. Con esto finalizamos nuestra vista, y con el mal sabor de boca que deja ver cómo un lugar ha sido destruído ya no sólo por vandalismo, sino por delincuentes.