Ni los lugares sagrados están a salvo del olvido. En esta iglesia todo lo que podía desaparece ha desaparecido, dejando poco más que un esqueleto vacío tras de sí.
La entrada principal ya sólo sirve para que pase la luz por ella.
A la derecha, en dirección a la cabecera todavía resiste el confesionario, que te espera para que tus pecados puedan ser escuchados y perdonados.
Y a la izquierda está la subida a coro y la torre, donde iremos después.
Pero antes veamos todo en su conjunto y acerquémonos a la cabecera, donde se encontraba el humilde altar mayor
Junto al altar está la sacristía, donde quedan los últimos objetos reconocibles como la cajonería sin cajones.
Volviendo atrás nos dirigimos al coro, pasando antes por el púlpito que suponemos que cayó en desuso hace mucho más tiempo que la propia iglesia.
A los pies de la iglesia está el coro, que nos da otra perspectiva del edificio. Igual que sucedió con el púlpito, la barandilla metálica desapareció
Y sólo nos queda subir al campanario, donde hasta la propia campana también ha desaparecido.