Psiquiátrico Barrow Gurney

El hospital psiquiátrico fue uno de los pioneros en implantar terapias como el electroshock. Contaba con numerosas instalaciones para los pacientes incluyendo lugares residenciales.

Frente de Somosierra

Nos acercamos a un paraje en el que se vivió una de las primeras batallas de la Guerra Civil.Recorremos el frente en busca de bunkers, trincheras y cualquier vestigio que pueda quedar.

Château Noisy

Este impresionante palacio construido por una familia noble francesa, yace hoy totalmente olvidado. Nadie recorre sus innumerables estancias ni sube por su impresionante escalinata.

Preventorio abandonado

Interminables pasillos y terrazas recorren este inmenso edificio donde antiguamente se suministraban tratamientos contra la tuberculosis a niños y adultos.

Valdegrulla

Valdegrulla es uno de los innumerables ejemplos de despoblación de nuestra península. Abandonado en 1997 dejá atras una interesante historia y un gran ejemplo de arquitectura popular.

26 de abril de 2011

Balneario y envasadora de agua Castrovita

Esta entrada está dedicada al antiguo balneario histórico minero-medicinal de Fuente Sayud, ubicado en el municipio de Castromonte (Valladolid) junto al cual se construyó la planta envasadora de agua Castrovita.


El balneario estuvo en uso hasta los años 60 y la planta envasadora hasta principios de los años 90, ya que la alta concentración de nitratos obligó a paralizarlos por las autoridades sanitarias. Hoy en día apenas quedan espacios reconocibles debido al vandalismo y a los ladrones de cobre.

Estos últimos han sido los responsables del derrumbe de parte de la primera planta. Habíamos visitado el balneario hace 1 año, y aunque estaba en mal estado la estructura parecia firme. Pero nos esperaba un sorpresa en nuestra ultima visita...

Al llegar vimos precintos de la Guardia Civil repartidos por todo el recinto, y pronto supimos por qué. Los ladrones habían estado quemando el cobre en el interior del balneario provocando un incendio que se había propagado por la estructura de madera y produjo un derrumbe parcial de la primera planta. Una pena en toda regla, y también queremos expresar nuestra repulsa a estas acciones, tanto por el delito del robo del cobre como por el daño que provocan al quemarlo.

El pasillo de la planta baja antes y después del incendio.



¡Bienvenidos al balneario! Un agradable paseo rodeado de acacias da acceso al recinto.



Las distintas naves de la planta envasadora.




Los múltiples restos de botellas nos acompañan durante toda la visita: botellas de plástico, de cristal, de agua con gas...





Escamas de plástico para fabricar las botellas. Todavía se pueden ver los restos de los sacos que las contenían.






Algunos restos de maquinaria. En realidad son los únicos que quedan.







Una vez recorrida la fábrica, pasamos a explorar el edificio del balneario. Poco queda reconocible, apenas la fuente y algunas pilas de agua.




Accedemos al semisótano donde se encuentra la sala de dos alturas donde se ubica la fuente. Hoy muestra todos los daños sufridos durante el incendio, ya que es el lugar donde llevaban el cobre para quemarlo. Al ser una sala muy alta y bien ventilada, a los ladrones les debió parecer el lugar ideal para sus acciones. También quedan restos de cobre quemado.




En nuestra primera visita las botellas que se hallan esparcidas por el suelo aún se conservaban intactas en sus cajas. A la izquierda se puede ver un montón de botellas que se quemaron en el incendio.


Subimos a la primera planta.







En el exterior más botellas, en este caso de cristal y amontonadas en un lateral del balneario. Con esto finalizamos nuestra vista, y con el mal sabor de boca que deja ver cómo un lugar ha sido destruído ya no sólo por vandalismo, sino por delincuentes.


13 de abril de 2011

Pueblos abandonados de Segovia

La despoblación siempre amenaza a los pueblos más pequeños. Unas veces es la pobreza, otras las expropiaciones, otras incluso hay leyendas sobrenaturales que explican cómo se marchó la gente de sus casas...Este artículo está dedicado a dos pueblos abandonados segovianos: San Miguel de Neguera y La Alameda.

San Miguel de Neguera



El pueblo se encuentra cerca de Sebúlcor, en el límite de las Hoces del Duratón. Su historia se remonta muy atrás, de hecho se tienen noticias indirectas de que se encontró una necrópolis visigoda con numerosos objetos a mediados del S. XX, pero tristemente nada se hizo por estudiarla o conservarla, y fue expoliada. Actualmente no queda nada de aquel yacimiento.

El primer testimonio documentado de la existencia de San Miguel de Neguera data de 1076, y es a finales del S. XVI cuando el pueblo alcanza su mayor desarrollo cuando la familia de los González Sepúlveda construye allí una gran casa solariega que es el edificio más notable del pueblo. En el S. XVIII la aldea tenía entre 20 y 25 habitantes, y para entonces ya se habían despoblado otros tres pequeños pueblos dependientes. Los habitantes del lugar eran jornaleros, y no tenían la propiedad de las casas en las que vivían ni del terreno que trabajaban. No hay datos sobre la historia más reciente del pueblo, así como del momento de su despobación definitiva.

En el pueblo éste es el único edificio con techo que queda, y se utiliza como establo para el ganado.




El resto de los edificios se encuentran más o menos en este estado: totalmente irreconocibles.


 También llama la atención un molino harinero. Es un edificio bastante grande, pero es imposible saber algo más de su historia o acceder a él porque se encuentra en muy mal estado.




Y el edificio más notable. La casa solariega de los González de Sepúlveda. Actualmente se encuentra en muy mal estado, aunque se ha intentado consolidar la fachada con un armazón. Al menos se hizo un intento por conservar lo poco que queda de San Miguel de Neguera.





 La Alameda


La Alameda es una pequeña aldea cercana a Pedraza. Se tienen noticias de su existencia desde finales del S. XVI, y a mediados del S. XX contaba con medio centenar de habitantes. Eso no evitó que finalmente se despoblase debido a que no disponían de electricidad ni de agua corriente.

El pueblo es bastante pequeño, ya que se compone de cinco edificios, de los que sólo dos se conservan en buen estado. Una de las cosas que más llama la atención del lugar es lo escondido que está, ya que aunque no se encuentra demasiado lejos de otros pueblos el acceso es complicado. Esto ha hecho que sea un pequeño rincón alejado de nuestro tiempo.



 Junto a este pilón se encuentran la casa mejor conservada del lugar. Sus propietarios aún la visitan y la mantienen en buen estado.



Los demás edificios han quedado abandonados por completo, y el tiempo no los ha perdonado.


 La situación actual de La Alameda es un tanto extraña. Hace algo más de 10 años una constructora compró las casas derrumbadas de La Alameda y puso alcantarillado. De hecho el acceso al pueblo se ha convertido en una pesadilla porque con esas obras destrozaron parte del camino... La intención es construir una urbanización en un lugar privilegiado, pero hay un obstáculo: los propietarios de las dos casas bien conservadas se niegan a cederlas pidiendo precios desorbitados por ellas. Si bien esto ha mantenido a raya la alteración total del lugar con la construcción de chalets, también ha tenido un efecto menos deseado: ha evitado la recuperación de la aldea por medio de personas dispuestas a volver a habitar el lugar sin alterarlo y desde el ecologismo. Iniciativas de este tipo han salvado muchos otros pueblos, y tal vez habría que tenerlas en cuenta pensando en el futuro del lugar y la posibilidad de que alguna vez vuelva a tener vida.

6 de abril de 2011

Azucarera abandonada

Una gran industria azucarera es esta vez el objeto de nuestra visita. Las dimensiones son notables: 17 hectáreas de terreno de terreno con una longitud de 4,5 Km (incluido parte del trazado viario).

Fue construida el 4 de junio 1942 para aumentar el area de influencia de la Compañía de Industrias Agrícolas que se habia unido a la Azucarera de Jalón. En 1991 se actualizó el sistema productivo de la azucarera.
La azucarerá estuvo activa hasta 1995, cuando su cierre supuso el despido de aproximadamente 200 trabajadores.




Un poco de historia acerca de esta industria agrícola:

  • En 1980 se firma el primer convenio entre productores y agricultores para potenciar el sector.
  • Desde 1940 hasta 1960 el número de plantas azucareras y la producción se mantienen estables mediante una regulación que establece un mínimo de 350.000 Tm anuales de consumo nacional de azucar.
  • Entre 1960 y 1980 la industria consolida su actividad en España y crece significativamente.
  • Las décadas de los 80 y  90  vienen caracterizadas por la adaptación a la Unión Europea. Se cierran todas aquellas fabricas que no son rentables y se modernizan las restantes.

En la actualidad la actividad azucarera se ha reducido en gran medida debido a los cupos establecidos por la Unión Europea, en un principio encaminados a mantener los precios limitando la producción (cosa que aún está por ver). Hoy en día el cierre de las azucareras continúa, y tenemos como ejemplo reciente  la azucarera Ebro de Peñafiel (aunque abandonada no se puede visitar porque está en proceso de desmontaje).



La azucarera disponía de un apeadero industrial de via ancha que conectaba con la estación.

Cambio de agujas.





La obra de ejecución inicial duró 11 meses, trabajando una media 985 empleados diarios, empleandose:

    +23.485 m3 de hormigón
    +4.300 Tm de cemento
    +9.060 mts de metal en cubiertas
    +2547 Tm de máquinas traidas desde el "El Tarajal" (Málaga)
    +2.9 Km de vigas interiores de acero





La edificación inicial contaba con:

   +Edificios de fabrica con 96 metros de longitud, 51 metros de ancho y 19 de altura.
   +Cuatro grandes almacenes.
   +Talleres.
   +Silos de remolacha.
   +17 viviendas.





En el exterior hay una gran balsa de decantación de aguas residuales construida en los años 70:







Parte de la maquinaria del edificio donde se alojaba el silo. Hoy en día muestra un gran hueco (del tamaño de un edificio de tres pisos) por donde sacaron el silo al proceder al desmontaje de la fabrica.





Vista desde una de las ventanas




Una de las naves que albergaban maquinaria industrial. Hoy solo quedan dos cavidades de ladrillo.


Maquinaria de procesado y calderas. Toda la fábrica es un lugar muy peligroso. La caída de escombros es constante, la combinación de estructura metálica (la que más miedo me da porque se puede romper repentinamente) y hormigón, con la ayuda de paso del tiempo la hacen muy inestable. Pero en especial esta sala es una de las más peligrosas, aunque también de las más espectaculares.


Nave de procesado construída en una de las últimas ampliaciones.


Acceso a las oficinas y laboratorio.


Las oficinas están repletas de documentos de la azucarera, revistas, archivos... nos recuerdan todo lo que un día fue.






Tras subir las escaleras a un segundo piso, una sorpresa. Una sala entera llena de planos de toda la maquinaria de la azucarera. Proyectos enteros de los edificios, de la balsa, de toda la maquinaria... y muchos de ellos hechos mano (yo me hubiese pasado un largo tiempo viéndolos todos, pero había que continuar con la visita).





En esta planta también está el laboratorio











En el exterior, la gran chimenea de 60 metros de altura.



Los talleres son varios edificios anejos donde se realizaban los trabajos de mantenimiento.







Un curioso cartel de la Mutua Montañesa para la seguridad laboral (parece un chiste de mal gusto...)



Una de las 17 viviendas construidas para los trabajadores. Tenían hasta piscina.


Antes de acabar unas cuantas cosas a tener en cuenta:
  • Es uno de los lugares más peligrosos que he visitado (excluyendo una fabrica de cerámica en Holanda). Los cascotes no hacen nada más que caer y no son todos pequeños. De todas formas, un cascote pequeño que cae desde 19 metros de altura también es peligroso.
  • Hay vigilante.
  • El recinto es enorme, y hay balsas, pozos, zanjas... y mucho amianto.