Psiquiátrico Barrow Gurney

El hospital psiquiátrico fue uno de los pioneros en implantar terapias como el electroshock. Contaba con numerosas instalaciones para los pacientes incluyendo lugares residenciales.

Frente de Somosierra

Nos acercamos a un paraje en el que se vivió una de las primeras batallas de la Guerra Civil.Recorremos el frente en busca de bunkers, trincheras y cualquier vestigio que pueda quedar.

Château Noisy

Este impresionante palacio construido por una familia noble francesa, yace hoy totalmente olvidado. Nadie recorre sus innumerables estancias ni sube por su impresionante escalinata.

Preventorio abandonado

Interminables pasillos y terrazas recorren este inmenso edificio donde antiguamente se suministraban tratamientos contra la tuberculosis a niños y adultos.

Valdegrulla

Valdegrulla es uno de los innumerables ejemplos de despoblación de nuestra península. Abandonado en 1997 dejá atras una interesante historia y un gran ejemplo de arquitectura popular.

12 de julio de 2013

Pueblos abandonados de Zaragoza: Escó

Esta vez nos desplazamos hasta un lugar que hemos visitado en dos ocasiones. La primera, en 2008, fue muy rápida. Nuestra segunda visita nos ha hecho profundizar mucho más en la historia de este pueblo zaragozano: Escó.


Las primeras señales de población en el lugar se remontan hasta la Edad del Bronce, de la que proceden algunos objetos descubiertos pero aún no estudiados en profundidad. Se conoce con más detalle que esas tierras estuvieron pobladas por vascones y jacetanos, que posteriormente fueron desplazados por un pueblo celta que vino de los Países Bajos: los suessetanos. Se cree que el cromlech (monumento megalítico circular) descubierto en 1983 en el cercanos pueblo de Ruesta, también abandonado, fue construido por estas gentes.


Más adelante llegó la cultura romana, ya que en la zona se han descubierto restos de una villa incluyendo parte de un mosaico y monedas de la época. Hubo una población variable hasta el S. IV, momento en el que desaparece todo testimonio hasta 6 siglos después.

En ese momento se tienen nuevas noticias de Escó, ya que se encuentra en una zona estratégica deseada tanto por gobernantes aragoneses como navarros y musulmanes. Durante la Edad Media el pueblo pasó de unas manos a otras en numerosas ocasiones. Primero fue entregado al monasterio navarro de Leyre, después a San Juan de la Peña, al que pagaba tributo junto a otros 236 pueblos mediante el Voto a San Indalecio, después fue entregado a Miguel Pérez de Arbe de manos del propio rey Alfonso III por una deuda... Después de aproximadamente 4 siglos de paz llegaron las guerras en la zona.

Alfonso III de Aragón, también llamado el Liberal. Conquistó Mallorca y Menorca a su tío Jaime II.
En 1336 estalló la guerra entre los reinos de Navarra y Aragón, y las huestes de Carlos II el Malo arrasaron Escó además de otros pueblos de la zona. El rey aragonés Pedro IV decretó que los habitantes de Escó se trasladasen al vecino pueblo de Tiermas (hoy también abandonado) ya que su pueblo estaba destruido. En vez de acatar la orden, los habitantes de Escó decidieron reconstruir sus propias casas y regresar a ellas. En 1396 el pueblo fue fortificado para evitar posibles ataques, ya que en ese momento había problemas con la línea sucesoria del trono de Aragón. Finalmente en 1512 Escó vivió su último episodio de guerra, cuando el rey Fernando II de Aragón  formó un ejército para atacar Navarra, y los habitantes de Escó fueron llamados a filas.

Después de esa última guerra contra Navarra Escó dejó de ser una localización estratégica y la paz volvió. La vida del pueblo fue bastante apacible, y uno de los testimonios más completos lo da Pascual Madoz en su diccionario geográfico de mediados del S. XIX. Menciona que había 2 ermitas, 2 fuentes, sus cultivos habituales (trigo, cebada, avena, legumbres y hortalizas) y daba cuenta de 34 casas con 172 habitantes en total. En los años 40 del S. XX se alcanzó la máxima población de tiempos recientes, con 240 habitantes y 60 casas, pero para entonces ya estaba en marcha el proyecto que acabaría con el pueblo: el pantano de Yesa.


El primer proyecto para la construcción del embalse data de 1909. Aunque éste se finalizó, se ordenó un nuevo proyecto en 1923. Siguiéndolo, se empezó la cimentación de la presa en 1928, y en 1931 el proyecto se actualizó para adquirir su forma definitiva. Fue aprobado en 1934, pero no se comenzaron las obras debido a la Guerra Civil. Antes de eso ya se había advertido a los vecinos de que no hicieran mejoras en sus casas porque éstas iban a ser expropiadas y no se las iban a pagar.

La construcción del embalse se retomó en 1940, y la expropiación era cuestión de tiempo. A principios de los años 50 se expropiaron las tierras más fértiles junto al río. Después una ley de 1953 permitió que las expropiaciones fueran voluntarias, de forma que los habitantes de Escó podían expropiar otras posesiones para así conseguir más dinero, ya que con lo que iban a recibir no tenían suficiente para empezar una nueva vida en otra parte. Casi todos los vecinos se acogieron a este plan, pues no había muchas más opciones. Después la población fue decayendo, ya que aunque las aguas del pantano no iban a anegar el pueblo, las tierras de cultivo ya habían sido expropiadas y dejaban a pueblo sin recursos. Incluso se animó a que fuera el propio ayuntamiento de Escó el que pidiera la expropiación, y se dijo a los vecinos que el que quisiera volver podría hacerlo. Finalmente esto no fue así, ya que se prohibió formalmente a los vecinos volver a sus casas expropiadas.

A diferencia de lo ocurrido con Jánovas (podéis ver nuestro reportaje haciendo clic aquí), los vecinos no fueron expulsados a la fuerza, sino que se fueron marchando poco a poco. El último nacimiento en el pueblo tuvo lugar en 1965, 6 años después de que en 1959 se cerraran las compuertas del pantano y empezase su llenado. En los años 70 algunos vecinos intentaron que se les devolvieran sus casas, pero no lo consiguieron. Desde entonces el pueblo ha sufrido los efectos del abandono, y también ha sido saqueado. Actualmente casi todas las casas están en ruinas, al igual que la iglesia del S. XII, y así lo encontramos en nuestra visita.

Desde la orilla del embalse el pueblo ofrece una imagen imponente. El montículo negro que hay junto al pueblo es muy llamativo, y se trata de un antiguo lecho marino de la eras secundaria y terciaria.




Casi todas las casas del pueblo están en ruinas, después de más de 40 años de abandono. Todavía se puede encontrar algún detalle en el interior.











En la parte alta del pueblo se encuentra la iglesia, a la que se accede a través de un arco. En él encontramos un curioso detalle, un número rojo. Se trata de un número de expropiación voluntaria. Estos números pueden encontrarse en varias casas del pueblo.





La Iglesia de San Miguel empezó a construirse en el S. XII, y por desgracia el mayor deterioro lo ha sufrido en los últimos 40 años. El coro se ha hundido, y la parte alta del campanario se encuentra en mal estado. Aun así, se trata de un edificio de gran valor histórico.












Actualmente se está llevando a cabo la ampliación el embalse de Yesa, una idea original de 1983. El recrecimiento ha encontrado mucha oposición social, ya que triplicar la capacidad del embalse tendría un gran impacto medioambiental negativo. Las obras empezaron en 2001, pero desde 2006 ha habido diversos incidentes, como la frecuente aparición de grietas y un gran corrimiento de tierra. Aun con esta situación, en 2011 se decidió conceder 24 millones de euros más a tres constructoras por "trabajos auxiliares y no contemplados en el proyecto de recrecimiento".

Por otra parte, en 1999 se formó la Asociación pro reconstrucción de Esco, dedicada a la conservación y recuperación del pueblo. También tienen una publicación, el Heraldo de Esco, un "periódico" que recoge todas las actividades que se realizan en el pueblo, así como su historia. Gracias a los esfuerzos de la asociación ahora podemos conocer un poco mejor la historia del pueblo. Poséis visitar su página web haciendo clic aquí.

Para terminar, queremos agradecer a uno de los vecinos que aún quedan en Escó su amabilidad explicándonos la historia del lugar y mostrándonos detalles que nos habrían pasado desapercibidos. También deseamos que no se olvide la historia de pueblos como Escó, tan numerosos en nuestra geografía.