17 de agosto de 2015

Oficina de Seguros

Esta vez nos detenemos en unas oficinas. El escenario de nuestro reportaje fue la sede de una compañía de seguros, pero cuando la visitamos ya no se podía conseguir una póliza.


Nuestra exploración tuvo lugar en 2012, y ya en aquel momento se habían producido algunos robos. También era utilizado como zona de pasto para el ganado.

Nada más entrar en el complejo pudimos ver que aparte del edificio principal de oficinas había mucho más que ver. Para empezar, dirigimos nuestros pasos hacia la piscina y sus instalaciones.



Cerca de los vestuarios también había una pequeña enfermería, en la que todavía encontramos la camilla.


Junto a la piscina encontramos la depuradora, bastante completa.





En el exterior hacía un día precioso para darse un baño... O saltar desde el trampolín. Aunque tal vez no fuese una buena idea.



Aparte de la piscina también había una pista de tenis, aunque sin red.


En el exterior nos llamó mucho la atención el coche que había allí aparcado, y que sin duda había vivido momentos mejores.


Junto al edificio principal encontramos una vivienda. Aparentemente había estado habitada hasta hacía poco tiempo.





Antes de entrar en el edificio donde esperábamos encontrar las oficinas nos encontramos con otra, también situada en un edificio cercano.



 Por fin accedemos al edificio principal. En la parte trasera encontramos los típicos rastros del saqueo. El transformador había sido robado, y poco quedaba de él aparte de los fusibles.


El edificio principal a pleno rendimiento debía haber sido bastante curioso. Para cuando nosotros llegamos ya no quedaba mucho en la zona de oficinas, a la que se llegaba por una gran escalera.





Pero lo más interesante lo encontramos en los despachos y archivos. Desde la zona central salían pasillos enmoquetados que nos llevaban a las habitaciones mejor conservadas.




Y la gran sorpresa fue un ordenador. Un IBM System/32 que ahora nos parece poco menos que un fósil. Este aparato del tamaño de una mesa de oficina era común en empresas pequeñas y medianas. Teóricamente era un modelo asequible (y aún así era carísimo cuando se introdujo en 1975), y aparte del tamaño era curioso que lo que parece la pantalla en realidad era la impresora. La verdadera pantalla era un pequeño visor en el que sólo entraban 6 líneas de 40 caracteres, poco más de 2 Twits.



Y así concluimos nuestra visita a este lugar. Desde nuestra exploración no se puede decir que se haya mantenido muy bien, pero al menos con este reportaje queremos recordar cómo era cuando todavía quedaba algo.


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