9 de agosto de 2014

El Parque Acuático

Es verano, y siempre buscamos algo para refrescarnos. Lo mejor que uno puede hacer es ir a un parque acuático.


Fue un lugar habitual de diversión, y contaba con todo tipo de instalaciones. Multitud de toboganes, pista de voley playa, minigolf, un gran jacuzzi para 50 personas, un mini zoo y muchas cosas más que veremos en el reportaje. Pese a ello, no podía competir con otros parques similares. Finalmente, y tras más de una década en funcionamiento echó el cierre.

Nuestra visita tuvo lugar en el momento más opuesto al ambiente de un parque acuático: invierno y temperaturas bajo cero. De todas formas el sitio merece el esfuerzo.

Comenzamos por el gran jacuzzi. Se dice que hasta 80 personas podían utilizarlo al mismo tiempo. Ahora una espesa capa de algas cubre el agua. Es tan uniforme que casi dan ganas de pisarla...




Después encontramos el minigolf, de 12 hoyos. Parece que en algún momento cubrieron las pistas con lonas, pero algunas de ellas están descubiertas.


Junto al minigolf hay una gran torre de madera, el mirador. Desde ella hay una gran vista de todo el parque, aunque subir es arriesgado.




No puede faltar un masajista, para esos momentos en los que uno se quiere relajar.



Al lado hay unos puestos de organización. En uno de ellos encontramos el programa musical con éxitos de entonces. En otro... encontramos muchas ruedas.






Seguimos avanzando hasta los vestuarios. Una parte fue reutilizada como almacén, y allí estaba buena parte de los carteles del parque, así como boyas y materiales de piscina.






Siguiendo un camino que estaba cubierto por un toldo llegamos a otra zona del parque, con una gran piscina y un tobogán helicoidal.






Al lado hay una gran zona con columpios, camas elásticas, barbacoas... Es la zona más cubierta de hierbas. Los años de abandono han dejado que la naturaleza vuelva a reclamar su sitio.




Y por fin el plato fuerte: los grandes toboganes. La estructura es de ladrillo, y por ella bajan cinco toboganes que terminan en una piscina. Los visitantes podían elegir entre toboganes serpenteantes o rectos, y uno de ellos tiene una caída bastante fuerte.



Exploramos la parte baja, a través de pasillos estrechos que llegaban hasta las salas donde estaba la maquinaria que hacía funcionar estos toboganes.




Y por fin subimos a los toboganes más altos. Por el camino encontramos más vestuarios, y después los dos niveles desde los que parten los toboganes. El intermedio y el superior, sólo para los más atrevidos.










Y para terminar, cuando hayamos pasado un buen día de diversión en el parque ya podemos tomar el autobús de vuelta a casa.


Así terminamos nuestra visita a este lugar tan especial. También queremos dar las gracias a todos los que nos acompañaron, que pese al (muy) mal tiempo y al largo camino hicieron que fuese una quedada para recordar.

5 comentarios:

  1. Estupendas las fotos y el paseo por el abandono. Gracias y feliz domingo!

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  2. Genial reportaje !

    El parque una pasada y muy bien conservado, infinitamente mejor que el ya conocido aquàtic que tenemos en cataluña.

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  3. Estuve hace casi un año y estaba realmente mal para lo que se ve en tus fotografías. Los toboganes genial, pero el resto bastante debastado. Es una autentica pena. Ademas han tapiado con cemento todos los accesos a la torre y posteriormente abierto a martillazos... Precioso y muy muy nostalgico lugar. Ojalá no desaparezca nunca y cese su deterioro en como me lo encontrè al menos.

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  4. Es la misma historia de siempre... El vandalismo y los robos acaban destrozando lugares como éste. Nosotros fuimos por primera vez en 2013 si no recuerdo mal, y luego repetimos. En la segunda visita ya se notaba el deterioro, y no había pasado ni un año. Y no es de los peores casos que hemos visto. Hay sitios que de verdad dan pena porque son lugares con mucha historia o valor artístico, y en general se hace poco o nada por conservarlos.

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