Durante la Revolución Francesa, en 1792 el conde de Liedekerke Beaufort se vio obligado a abandonar el cercano Château de Vêves, y se refugió en otras propiedades de la zona. Con el tiempo los Ragaillardis, descendientes del conde, convirtieron esas tierras en un palacio adquiriendo la forma que hoy podemos ver.
El proyecto fue encargado al arquitecto inglés Edward Milner, quien comenzó las obras en 1866 siguiendo este característico estilo neogótico. Después de su muerte, el arquitecto francés Pelchner continuó las obras, construyendo la torre del reloj en 1903 y finalizando el edificio en 1907 después de mas de cuarenta años de obras.
Así era uno de los comedores del castillo.
Su estado ha ido empeorando, ya que en 1995 otro incendio destruyó parte del tejado. Poco después los propietarios desmontaron los suelos, las chimeneas y los mármoles y los trasladaron al cercano Château de Vêves y a otro castillo en Italia también de su propiedad. En 2006 una tormenta destruyó los establos.
Hasta la fecha el municipio al que pertenece el castillo ha intentado hacerse con su propiedad, algo a lo que se ha negado la familia Liedekerke Beaufort.
Nuestra visita comenzó delante del castillo, donde pudimos ver la impresionante fachada y la torre del reloj, que son lo más famoso del lugar.
El reloj, detenido desde hace muchos años.
Primero entramos en una zona del castillo en muy mal estado, por la que prácticamente no pudimos avanzar. Desde allí podíamos ver la base de la torre.
Después pasamos al vestíbulo principal, una de las zonas más famosas del castillo. Aunque estaba deteriorado, seguía siendo un lugar excepcional.
Además de los salones están las cocinas, donde aún se conservan muchos detalles, como el montacargas.
El resto de la planta baja también tiene habitaciones muy curiosas.
El primer piso no tiene tantas habitaciones monumentales, y además en ciertas partes se encuentra en muy mal estado. De hecho es posible llegar hasta la zona que se incendió en 1995.
Desde las ventanas del primer piso se puede ver el estanque, y al fondo el Château de Vêves, actualmente restaurado y visitable.
En el primer piso también está la subida a la torre del reloj, sin duda la zona más impresionante del castillo.
Desde la torre hay unas magníficas vistas del resto del castillo.
De vuelta en el exterior visitamos los establos, derruidos desde 2006.
Y así terminamos nuestra visita a uno de los abandonos más conocidos de Europa. Fue una gran experiencia, compartida con Daphnée, Dani y Marc que nos acompañaron en aquel gran viaje. También tuvimos un momento para recordar a nuestro compañero Alex, a quien siempre llevamos en nuestros recuerdos.
Gracias por esas preciosas fotos.. :)
ResponderEliminarImpresionante trabajo.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Fantástico ¡¡¡
ResponderEliminarUn trabajo estupendo,enhorabuena.
ResponderEliminarSaludos.
UNAS FOTOS PRECIOSAS. IMPRESIONA MUCHO PENSAR COMO LLEGO A SER EN SUS MEJORES TIEMPOS. ES UNA PENA QUE NO QUIERAN REHABILITARLO
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por vuestros comentarios!
ResponderEliminarEs un lugar del que tenemos grandes recuerdos. Siempre quisimos ir, y cuando finalmente pudimos visitarlo fue una gran experiencia. Esperamos que nuestras fotos al menos transmitan algo de aquellos momentos.
Genial y completo! Hay muchisimas cosas que yo no vi en mi visita, por no mencionar que tampoco he visto en otras webs. Me ha encantado saber que el aula aun sigue alli. Gran trabajo.
ResponderEliminarmuy bonitas fotos,me gustaria vivir en ese lugar solo xD seria muy feliz.:D
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue bueno sería tener la experiencia de visitar ese lugar... gracias por ayudarme a conocerlo ^_^
ResponderEliminarMuchas gracias por el viaje a travez de sus relatos y fotos, es una lastima que una obra como esa se pierda en el deterior y el tiempo y que el gobierno de belgica no se tome la molestia de restaurar esa magnifica infraestrucura que a la larga les dejaria benefios. Lamentablemente a muchas personas con dinero no les interezaria compralo y restaurar esta pieza unica, debido a la cantidad de parametros que deben conservar mas el hecho de ser un patrimonio no seria del todo del comprador, y mientras un lugar magico se perdera entre arbustos,moho y desolacion...
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