En 1881 Jean Henri Paul Ulnes mandó construir el palacio. Jean Henri era un reconocido abogado de la nobleza belga que en 1850 se casó con su prima Marie Ulnes. Además fue alcalde de Sint-Truiden entre los años 1876 y1891. A este bello palacio se le dio el nombre de Rochendaal y fue la residencia familiar durante los siguientes años.
Rochendaal se encuentra en las proximidades del aeródromo de Sint-Truiden o Brustem, el cual durante los años anteriores a la II Guerra Mundial pertenecia a la fuerza aérea belga. Al estallar la guerra comenzó la conquista de Bélgica por parte de la alemania nazi, y uno de los puntos estratégicos era el aeródromo. Sint-truiden fue tomado durante la ofensiva de la Wehrmacht en mayo de 1940.
Durante la ocupación el aeródromo paso a llamarse Sant Trond y numerosas fuerzas de la Luftwaffe se trasladaron hasta él. Por eso fue necesaria la construcción de nuevos barracones y puestos de mando, muchos de los cuales se construyeron el en terreno de Rochendaal. El propio palacio fue residencia de algunos miembros de ejército.
La base aérea participó activamente durante la toma de Francia. Después de la batalla de Francia pasó a ser una base de bombarderos de la Luftwaffe. También participó en la Batalla de Inglaterra durante el verano de 1940, y en 1941 pasó a ser una base bombarderos nocturnos.
El aeródromo sufría constantes ataques de la USAF al regresar de los objetivos alemanes hasta que el 15 de septiembre de 1944 fue tomada por las fuerzas de tierra Aliadas.
Fueron necesarios duros trabajos de reconstruccion. El aeródromo había quedado destrozado por los constantes ataques y las voladuras que realizaron los alemanes al abandonar las instalaciones. Rapidamente se parchearon las pistas y zonas de rodaje para dejarlo operativo y el 18 de septiembre fue desigando como campo de la avanzada A-92 o Saint-Truiden
Fotografía tomada desde un bombardero |
Fotografía en la que se aprecian los daños por los bombardeos |
Bajo control aliado la base fue utilizada por la IX Fuerza Aérea y por la Royal Air Force británica.
En 1945 sirvió como centro de distribución de ayuda (ropa, alimentos y bienes de primera necesidad) a las zonas cercanas dañadas por la guerra.
Aunque necesitó años para reconstruirse, en 1946 se reanudaron las operaciones militares. A partir de 1971 el aeródromo se usó para los escuadrones de entrenamiento belgas. El castillo fue utilizado como el comedor de los oficiales.
Finalmente en 1996 la base fue cerrada y todos los escuadrones de entrenamiento trasladados a Beauvechain.
El futuro se centra en la rehabilitación del aeródromo como aeropuerto regional de Limburgo y un hotel cuyas obras deberian empezar en 2012. Para Rochendaal hay un proyecto con un presupuesto de 350.000 € para la rehabilitación del castillo y del entorno como un parque con lagos, para así dar un nuevo futuro a 9,7 ha de terreno de zona residencial, 6,7 ha para el parque y otra zona industrial.
Nuestra visita se centró en el castillo de Rochendaal, no pudimos ver los barracones ni las instalaciones militares. Recorrimos sus estancias intentando imaginar su pasado noble y bélico, auqnue la ausencia de muebles y objetos no ayude a nuestro propósito.
Accedemos al palacio a través de la fachada principal hacia a un pasillo. Éste distribuye la primera planta, en la que se encuentran grandes salones con chimenea
Las vigas de madera, los artesonados y las jambas y dinteles de madera labrada presiden las salas principales. Aún conservan su grandeza aunque no quede una mesa, ni un sofá o tal vez un plano de guerra que nos ayude a recordar.
Sin duda el lugar mas representativo es la escalera. Es una pena que ya no esté la barandilla, el conjunto impresionaría aun más.
En la primera planta nos encontramos diversas habitaciones y la capilla, que aún conserva las paredes y techo policromados.
Subimos una planta más hasta encontrarnos con las habitaciones abuhardilladas. Por desgracia no subí hasta el bajo cubierta y no pude ver la interesante estructura de madera que soporta la cubierta.
Y nos despedimos del castillo con nuestro inseparable compañero: el amianto.
Junto al castillo hay un edificio oculto entre la vegetacion que parece salido de un cuento, lo malo es que con tanta vegetación en las fotografías casi no se ve.
El palacio, aunque vacio, se conserva en buen estado. La estructura es sólida y la humedad aún no ha hecho estragos. Todavía está a tiempo de ser rehabilitado, así que sólo queda esperar que el proyecto de rehabilitación se lleve a cabo y así evitar lamentarnos una vez que sea tarde, como en muchos otros casos.
Con esto acaba el reportaje de Rochendaal, pero aún quedan muchos más de nuestra segunda Euroquedada. Saludos a todos los compañeros que hacen de estos encuentros algo más que sólo ir de abandonos.